De 2010 son las Villes en creux, pedazos de diversos mapas donde se recorta la silueta de las manzanas completas. Son trabajos muy distintos. El primero transforma la representación reconocible de la ciudad en un conjunto diseccionado de piezas inconexas, fuera de su contexto y del tiempo; el segundo recoge los trazados que relacionan las piezas, pero sin ellas mismas. En este segundo, la ciudad se lee mejor; a pesar de tratarse de una estructura abstracta e indiferente a la realidad, la nota al pie de cada lámina las dota de un significado emocional. Una deriva como la que describía Debord.
No hay comentarios:
Publicar un comentario